Por Eduardo Zar y Melisa Sánchez

“Betania posada, lugar del encuentro; corazón abierto dispuesto a escuchar. Hermanos y amigos que ofrecen sus brazos, su amor y regazo para descansar. ¡Qué fiesta del alma estar sin apuros, descalzos, seguros en intimidad!” (1)

Por lo general se cataloga a los y las jóvenes como soñadores, utópicos, con pájaros en la cabeza… y se termina la descripción con un rotundo “ya se te va a pasar, sos joven todavía y no has vivido nada”. Sin embargo, los y las jóvenes, aparte de grandes soñadores/as, también construimos realidades concretas y transitamos caminos que son huellas importantes para el cristianismo, la iglesia y las vivencias de las espiritualidades individuales y colectivas.

La Juntada Teológica es uno de esos caminos. Surge de la necesidad reconocida por un grupo de jóvenes de distintas iglesias de Córdoba de encontrarse con otros y otras que transitan el camino de la fe de otras maneras, que tienen heridas que sanar igual que ellos, y que necesitan un espacio de reflexión, de debate, de libertad y de contención. Un espacio libre de prejuicios y formalidades prescriptas, diferente a los mega eventos y estereotipos de congresos juveniles cristianos. Es así que la propuesta de encuentro es simplemente juntarse. Aunque de simple tiene poco.

Una “simple” juntada de amigos, se complejiza cuando lo pensamos como espacio de comunión, de intercambio, de aprendizaje, de crecimiento. Y desafía mucho más cuando éste es un espacio ecuménico, en el que el respeto y la escucha juegan un papel primordial. La realidad del otro/a nos obliga desnudarnos de prejuicios para un encuentro sincero entre verdaderos hermanos y hermanas en la fe.

Las juventudes cristianas son muchas, diversas, complejas y riquísimas. Tenemos muchísimo para aportar al crecimiento de la iglesia y a las formas de vivir el cristianismo. Al preguntarnos si realmente conocemos a ese “Dios Desconocido” (Hechos17:23) nos preguntamos por nuestras maneras de conocerlo, de buscarlo, de encontrarnos con Él. Nos preguntamos por nuestras formas de vivirlo, y nuestras formas de darlo a conocer. Reconocimos errores cometidos en la historia y nos perdonamos en el nombre de Quien nos restaura.

Buscamos transformar nuestra manera de vivir la fe, para que sea más genuina, más íntegra, más transparente. Buscamos que la vivencia de la comunión sea una experiencia sanadora y restauradora, de esperanza y vida; no un espacio de individualismos, competitividad y mercado encubierto.
Estamos desandando caminos y encarando nuevos; estamos re-creando diálogos y re-creando la vida de comunión; estamos buscando expectantes nuevas motivaciones y preguntas. Después de tres “simples juntadas” no creemos que esto sea una experiencia más de nuestras vidas individuales. Creemos que estamos construyendo, desde abajo y con muchos vaivenes, un presente y un futuro de la Iglesia de Cristo diferente y superador mediante el vínculo de la paz (Efesios 4.1-3) que viene del Espíritu.

Eduardo Zar y Melisa Sánchez
Facilitadores del núcleo CETI – Córdoba

(1) “Betania”, letra de Germán Pravia.

NOTA:
La III Juntada teológica fue organizada conjuntamente por: integrantes del núcleo cordobés de la FTL, hermanos de la comunidad del Verbo Divino, el grupo de estudio bíblico Pienso y Creo, el grupo de pastoral juvenil Abierto X el costado, el núcleo de Córdoba de CETI (Fundación Kairós) y el Centro de Estudios Filosóficos y Teológicos Claretiano.